Las antiguas tradiciones y filosofías orientales nos proporcionan
métodos, muy prácticos para poder alcanzar los estados fundamentales del
bienestar espiritual. Las personas de origen oriental, por nuestra cultura,
estamos muy familiarizadas con las bondades que proporciona la práctica de
ciertas técnicas tradicionales, que nos muestran la manera de alcanzar por uno
mismo la paz, la felicidad, la libertad y la salud, necesarias para
desarrollarnos como seres humanos.
Para alcanzar la Paz
La civilización occidental colonizó algunos países orientales y muchos
de ellos acabaron cambiando sus costumbres por otras más agresivas e
intelectuales. La filosofía oriental nos muestra
la importancia de alcanzar la paz: “No hay camino para la paz, la paz es el
camino” dijo Gandi, uno de los pacifistas más celebres que, gracias a su
carisma y a su filosofía basada en la “no agresión”, consiguió que la India
dejase de ser una colonia inglesa.
Las antiguas filosofías orientales han predicado la necesidad de
alcanzar la paz interior como primer paso para poder empezar a crear una auténtica
paz en el mundo. Confucio, antiguo filósofo chino, nos mostró que el camino
para alcanzar la paz interior es predicar con el ejemplo: “Si no estamos en paz
con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.”
Según el budismo, la paz es la tranquilidad interior a través de la cual
se alcanza el “nirvana” o iluminación. Tener paz interior es estar iluminado, y
ésta sólo se logra al trascender los venenos internos de “la codicia, el odio y
la estupidez”.
Controlar nuestros bajos impulsos en un mundo conflictivo no es
sencillo, pero las tradiciones orientales nos proporcionan disciplinas como el
Yoga, el Chi Kung, el Tai
Chi, etc., para conseguir la paz interna. Nos ayudan a tomar conciencia de la
influencia que tienen nuestros estados mentales y emocionales sobre nuestro
cuerpo físico y nos proporcionan prácticas para poder tomar control sobre nuestra
salud. La base de estas técnicas es el
arte de la observación de uno mismo, que nos permitirá ser conscientes de
nuestros distintos cuerpos: físico, mental, emocional y espiritual, para poder
encauzarlos energéticamente hacia nuestros auténticos objetivos.
Para alcanzar la Felicidad
Para occidente, el concepto de la felicidad parte de una concepción poco
realista, confundiéndose muy a menudo placer y felicidad. Las filosofías
orientales, nos enseñan que la felicidad está relacionada con el equilibrio y
la armonía.
La concepción de la felicidad en el taoísmo es muy práctica; los
taoístas no consideran la supremacía del placer sobre el sufrimiento, ni de lo
positivo sobre lo negativo, porque en el universo todo tiene un aspecto yin, un
aspecto yang.
En occidente se educa para buscar la felicidad en el estímulo del
placer, a través del consumismo. El taoísta Lin An, lo expresó muy fielmente
con este hermoso texto:
“La gran mayoría de las
personas
qué vacía y mal se siente, porque usa
las cosas para deleitar su corazón,
en lugar de usar su corazón para
disfrutar de las cosas.”
qué vacía y mal se siente, porque usa
las cosas para deleitar su corazón,
en lugar de usar su corazón para
disfrutar de las cosas.”
El objetivo de las filosofías orientales es que el hombre aprenda a
fluir con la naturaleza, a integrarse armónicamente con ella. Alcanzar la paz y
serenidad mental, aportará la auténtica felicidad.
La felicidad no está exenta de problemas, pero cuando aprendes a fluir
sabes que los problemas se resuelven si se asumen, y que los periodos de
turbulencias van seguidos por periodos de tranquilidad, así nos lo enseña el
concepto de Yin y Yang, pero si logramos mantenernos en nuestro centro conseguiremos
que los periodos de turbulencias apenas nos afecten.
Para darnos cuenta de estas energías que se mueven dentro y fuera de
nosotros, los orientales han estudiado los ciclos de la naturaleza. Por
ejemplo, a través del estudio del I Ching podemos comprender cómo se
generan y acontecen los ciclos energéticos en nosotros mismos y en nuestras
circunstancias para aprender a fluir con ellos, como nos enseña la filosofía
del Tao. También podemos estudiar las influencias que tienen las energías de
los espacios donde habitamos, a través del Feng Shui.
Para alcanzar la Libertad
Una de las disciplinas más importantes para las filosofías orientales es
la práctica del desapego, que lleva al equilibrio, ya que todo exceso es
perjudicial.
Según el budismo, para alcanzar la auténtica libertad hay que superar
los obstáculos de la ignorancia, el deseo y el sufrimiento, ya que es la propia
ignorancia del ser humano, la que le mantiene apegado al sufrimiento.
En el Dhammapada (versos budistas sagrados), se expresa la necesidad de
no identificarse con las experiencias, manteniendo la contemplación de manera
neutral: “No identificarse con lo que es agradable ni identificarse con lo que
es desagradable; no mirar a lo que es placentero ni a lo que es displacentero,
porque en ambos lados hay dolor” (XVI.210).
La mente no entrenada, por ignorancia, se suele mostrar apegada a
emociones de placer y/o dolor, percibiéndose separada de la propia voluntad.
Una de las técnicas más populares en oriente para dominar la mente y vencer la
ignorancia es la meditación. La meditación nos enseña a superar el velo
de la ilusión al actuar como observadores de los procesos mentales.
Para alcanzar la Salud
Según el Tao, el Chi es la fuerza
vital que origina y anima toda la vida material. El Chi está por todas
partes y forma parte de la energía que activa el Universo.
Según el taoísmo, el equilibrio entre las fuerzas del Yin y el Yang, y
el fortalecimiento del Chi, determina nuestra salud y nuestra enfermedad. La Medicina
Tradicional China, que sigue los principios filosóficos taoístas, enseña a
mantener la salud buscando el equilibro de la mente, cuerpo y espíritu. Su
medicina se basa en la prevención más que en la curación, conservando el
orden en lugar de corregir el desorden. El médico taoísta actúa como un maestro
que comparte su filosofía, y como un jardinero que enseña a cultivar el Chi, la
fuerza vital necesaria para mantener la salud, tratando la influencia de los
ciclos de la Naturaleza y la manera fluir con ellos.
La alimentación macrobiótica es la aplicación en la vida diaria
de la filosofía oriental, donde los principios que definen la alimentación,
medicina y espiritualidad, son interdependientes. La macrobiótica se basa en
una dieta equilibrada entre los alimentos Yin y Yang.
George Ohsawa, en su libro: EL
ZEN MACROBIÓTICO, considera que en la medicina oriental no existen los
“medios terapéuticos” sino que es la propia Naturaleza, madre de toda vida, la
única que puede sanar. Según él hay tres clases de terapéuticas:
1) La de los síntomas: Es decir, la destrucción de los síntomas por
medio de paliativos físicos y siempre más o menos violentos. Es la medicina
sintomática, animal o mecánica.
2) La de la educación: Consiste en el desarrollo del discernimiento, que
permite al hombre dominar su salud. Es la medicina humana.
3) La creativa o espiritual, que consiste en vivir sin miedo ni ansiedad, en libertad y justicia. O, dicho de otro modo, realizando el “yo” (ser). Es la medicina del espíritu, del cuerpo y del alma.
Shu-Yuan Chen
Consultora de I Ching y Feng Shui en La Biotika
http://www.labiotika.es
Consultora de I Ching y Feng Shui en La Biotika
http://www.labiotika.es
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