Lo que tienes frente a ti en este momento, es tu vida. Sólo tuya. Tú eres su creador. Tu vida es una escultura. Dinámica y colorida o apagada y aburrida, extraordinaria o simple. Es tu creación, tú eres su escultor. A lo largo de los años has sido tú quien ha decidido cómo moldearla. Tus acciones son la causa de lo que eres hoy.
¿Te gusta lo que ves? Tú has decidido de quién te rodeas, a qué dedicas tu tiempo libre, en qué ciudad vives, qué comes cada día o cómo te tratas a ti mismo. Tu trabajo, también lo has decidido tú.
En un momento de mi vida yo también me hice esta pregunta. ¿Era feliz haciendo lo que hacía?, ¿me motivaba ir a trabajar, me hacía vibrar y crecía con ello? Me encontré con la reflexología de forma inesperada. O mejor dicho, ella se encontró conmigo. Se puso en mi camino paradar un giro de 360º a mídía a día… ¡un giro fantástico! Reflexioné, indagué nuevos caminos y tomé decisiones.
Cada uno de nosotros pasamos más de un tercio de nuestra existencia trabajando, desempeñando un trabajo que se repite durante días, meses e incluso a veces, muchos años. Desempeñando una actividad diaria que después nos ayuda a vivir el resto de nuestra vida.
Pero… ¿el trabajo puede ser también motivo de disfrute? Quizá eres de los que piensan que el trabajo es un sufrimiento y que lo bueno comienza cuando sales de allí. Que la vida está reservada al fin de semana y el resto de los días es un tiempo perdido pero necesario para “ganarte” el pan. Ahora dime, ¿eres consciente del desgaste que supone estar un tercio de tu vida haciendo algo que no te gusta, no te apasiona, y que no te hace crecer y ser feliz?
“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”
Confucio
Afortunadamente, yo encontré una profesión que me enriquece. Entrar en mi consulta cada día y observar como las personas crecen a través de sus síntomas, gracias a la acción de la reflexología y del apoyo psicológico que les brindo, es maravilloso. Me hace estar más viva, ayudarles, escucharles y saber lo importante que es para ellos sentirse comprendidos. No necesito separar la reflexología de lo personal, ambas partes se funden para formar un Todo donde me encuentro feliz y disfruto de serlo.
Si trabajas en algo que te crea insatisfacción, desmotivación o apatía, tu vida personal inevitablemente estará incompleta y afectada. Es imposible separar por completo lo personal y lo profesional. Ambas van unidas y ambas, deben estar en equilibrio para lograr la felicidad. Si alguna parte no está en equilibrio, la balanza se desestabiliza.
A lo largo de mi experiencia formando a futuros terapeutas reflexólogos con el Método Ranvvai, he conocido muchas historias de personas que dejaron sus antiguos trabajos para dedicarse a algo nuevo, algo que realmente les hacía vibrar y les apasionaba.
Estas personas emprendieron un nuevo viaje hacia donde realmente querían. Ayudar a los demás, adquirir nuevas habilidad y conocimientos, aportar su granito de arena a la sociedad y que todo ello se convirtiera en su trabajo diario. Es maravilloso, ¿no crees? Pues tú también puedes, simplemente es una elección personal.
“Yo no podré hacerlo”
“No sabré…”, “es imposible…”, “lo veo muy difícil” Estas pueden ser algunas de las cosas que te dice tu pepito grillo cuando te planteas reinventarte y convertirte en un profesional de la reflexología. Son miedos. Miedos y más miedos. Es normal. Los cambios asustan, pero… ¿sabes qué? cuanto más grande es el salto, más grande será la recompensa.
Recuerda:
¡Con la monotonía no sufres, y tampoco creces!
Lo que da alegría a la vida es el crecimiento, la superación, el asumir responsabilidades y tener la valentía de arriesgarse. Lo que diferencia a unas personas de otras, no está tan mediatizado por el lugar donde viven, las oportunidades que se les presentan, ni las personas con las que se rodean.
La verdadera diferencia está en la manera que tienen de gestionar sus vidas. La actitud de apertura o resignación ante ella. Sus ansias de cambio y su coraje para cambiar. La confianza que tienen en sí mismas y lo mucho que creen en sus sueños.
¡¡Es cuestión de actitud!! Quien desea hacer algo busca uno y mil medios. Quien no quiere hacerlo, encontrará una y mil excusas.
¿En qué lado estás tú?, ¿deseas ayudar a los demás a encontrar su bienestar trabajando en algo que realmente te apasione, te haga crecer y te de energía? Si deseas convertirte en terapeuta… ¿a qué estás esperando?
Ah… ¡qué tienes miedos! Es normal, ¿piensas que yo no los tuve en su momento?
¿Crees que otros si pueden pero tú no?, ¿por qué tu ibas a ser diferente? Tus miedos, tus inseguridades y tus limitaciones mentales, pueden dejarte estancado dónde estás, desaprovechando tus potencialidades. ¡¡Este sí que es un verdadero desastre!!
Si estás leyendo esto y necesitas un cambio en tu vida, si lo estás buscando desde hace tiempo… ¡Salta! Todo lo que deseas está al otro lado del miedo. Te espera la Reflexología, un mundo de nuevos conocimientos, experiencias y sabiduría. Te espera recuperar la alegría que perdiste por el camino, echarle una pizca de sal y volver a ilusionarte, a reír a carcajadas, a conocer nueva gente y a conocerte mejor a ti mismo.
Más que un terapeuta…
Como terapeuta formada en Gestalt y dedicada a la reflexología desde hace 32 años, sé que un buen terapeuta no es aquel que acumula conocimientos teóricos, como si acumulara viejos objetos en un trastero donde van cogiendo polvo. ¡No! Un verdadero terapeuta pone en práctica esos conocimientos y los aplica, primero a si mismo porque sabe que sólo sanándose él, podrá ayudar a sanar a otros.
Esta es la razón por la que el Método Ranvvai de Reflexología Podal para profesionales aúna ambas partes.
Por un lado,la formación teórica-práctica proporciona unos pilares bien asentados.Y por otro lado, aporta el desarrollo personal que todo terapeuta necesita. ¡Ambas son imprescindibles para convertirte en un buen reflexoterapeuta! Una no es sin la otra.
Por eso, esta experiencia marca un antes y un después en la vida de las personas que se forman. Un terapeuta, antes de ser terapeuta es persona,y necesita encontrar su equilibrio mental, físico, emocional, energético y espiritual. Aprender habilidades de empatía, escucha y buena comunicación. Desarrollar la sensibilidad, el amor por la vida y por las personas, tolerar los bloqueos personales y las resistencias, se convierte en un trabajo personal imprescindible.
Soñemos… ¿te imaginas vivir en un estado de bienestar y equilibrio y además, ayudar a otros a encontrar el suyo?, ¿te imaginas ganarte la vida así?, ¿te imaginas crecer cada día un poquito más y hacer de este un mundo mejor? Pues… si puedes soñarlo, puedes lograrlo.
No dejes que tus sueños se queden en tu mente, hazlos realidad. Tienes ante ti la posibilidad de hacerlo. Escucha a tu interior, deja de sufrir por desempeñar un trabajo que no te gusta ni te motiva. Dale vida a tu vida asumiendo nuevos retos. Asume firmemente el reto de dedicarte a ayudar a los demás. Conviértete en un profesional de la reflexología y cree firmemente en ello. Si crees a medias, obtendrás resultados a medias.
Recuerda estos tres pasos:
- ¿Cuál es tu sueño? Visualízate como terapeuta, vívelo… ¡Estás dentro del sueño!
- Comprométete a lograrlo. Haz un contrato contigo mismo.
- Acciones, acciones y más acciones para lograrlo. Como una hormiguita, camina cada día hacia tu sueño. ¿Por dónde vas a empezar?
Yo utilicé estos 3 pasos en un momento de mi vida: cuando quería conseguir expandir la Reflexología a la sociedad y que los demás pudieran beneficiarse de ella. Hoy sigo observando mi sueño y mi objetivo, y caminando hacia él. No le pierdo de vista.
Y gracias a ello, he conseguido grandes logros en mi vida. Puedo trabajar cada día ayudando a otros a recuperar su salud y su felicidad. Crezco cada día con mi trabajo y tengo el placer de formar a futuros Reflexoterapeutas para que emprendan este maravilloso camino que es de ayuda a los demás.
Reflexoterapeutas que han conseguido expandir su mente y transformar el “yo no puedo” en “puedo y trabajo para conseguir lo que quiero”. Los veo crecer a lo largo de la formación y florecer emocional, energética y espiritualmente. Siento cómo sus vidas van cambiando, su motivación por aprender y enriquecerse, aumenta.
¿Y tú?¿Decides quedarte en la pasividad o dedicarte a lo que realmente te hace vibrar?
Isabel Pérez Broncano
Reflexoterapeuta
Directora de Ranvvai Escuela de Reflexologías
Colaboradora de La Biotika (Jornadas de Reflexología Podal)
www.reflexologiaranvvai.es