miércoles, 18 de julio de 2018

EL VERANO SEGÚN LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA


La llegada del verano ha sido celebrada por todo tipo de civilizaciones desde que el mundo es mundo. Ya en la antigüedad nuestros antecesores observaron que con la llegada de determinada época del año los días duraban más y las noches eran más cortas de lo habitual, que se producían cambios de clima que marcaban el calendario de siembra-cosecha y que los seres vivos, conscientemente o no, vivían de acuerdo a los dictados de la naturaleza.

El día 21 de junio, con el solsticio de verano, entramos a la fase Fuego del año, regida primordialmente por el Corazón.

El elemento fuego en la Medicina Tradicional China se corresponde con el verano y está representado por el corazón y el intestino delgado. La energía del corazón dirige la actividad mental y emocional. Si la actividad del corazón es saludable, la mente es firme y estable, y el pensamiento es claro y vivo, mientras que la sensibilidad y las reacciones son normales. Cuando el corazón se altera o está débil, hay desorganización del pensamiento, mente confusa, mengua la sensibilidad y las reacciones.

En el corazón se asienta el sentimiento más hondo del ser humano de ahí que se relacione con el amor y los sentimientos más sublimes. La lengua es la puerta del corazón con el exterior, su sabor es lo amargo, su secreción el sudor, su sonido es la risa, y su emoción la alegría.

Es de suma importancia entender y modular los hábitos en esta época; es evidente que necesitamos más distensión, más líquido y menos comida. En esta línea, podemos entender que la comida en verano necesita ser más ligera, con más alimentos crudos, ensaladas, alimentos más frescos y no muy cocinados ni horneados, comida más colorida y en menos cantidad.

De esta forma podemos desarrollar una actitud de alegría, de calma interior, de calidez y amor y de simpatía; o bien, una actitud de hiperactividad, superficialidad, hablar demasiado, de excesiva fogosidad o pasión y de demasiada emotividad.

Es el momento de tomar alimentos de naturaleza fría, fresca y neutra: Sandía, melón, albaricoque, pera, melocotón, ciruela, cerezas tomate, pimiento rojo, remolacha, pepino, espárragos. De sabor amargo: centeno, alfalfa, escarola, endivia, amaranto, quinoa, apio, lechuga, mijo, alcachofa, achicoria, aceituna, piel de limón, hojas rábano, cebolleta, nabo, semillas de girasol, sésamo, calabaza o lino, malta de cebada, cacao o café, crea energía descendente y su naturaleza es fría.

Se recomienda tomar infusiones de plantas que favorezcan la circulación Té verde, té negro, menta, diente de león, genciana, vid roja, hamamelis, castaño de indias, rusco, arándano, grosellero negro, ginkgo.

¡FELIZ VERANO A TODOS!

Artículo proporcionado por el Dr. Liu Zheng, Fundador de la clínica MEDIZEN
Colaborador de La Biotika en Medicina Tradicional China
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miércoles, 11 de julio de 2018

NUTRICIÓN SIMBIÓTICA, LA SIMBIOSIS APLICADA A UNA ALIMENTACIÓN CONSCIENTE


Estamos perdiendo bacterias amigas

Debido a la industrialización en los diferentes sectores de la actividad humana y el surgimiento de las sociedades modernas tecnologizadas el planeta está sufriendo una dramática transformación sin precedentes en un tiempo récord, afectando negativamente al equilibrio de los diferentes ecosistemas y con ello la calidad del aire, el agua, la tierra y los alimentos. Asimismo estos ecosistemas son poblados por miles de millones de microorganismos que de forma natural interactúan en armonía con el entorno haciendo posible que todo funcione correctamente.


Al igual que sucede en el medio ambiente nosotros también albergamos en nuestro cuerpo vida microscópica con la que mantenemos estrechos lazos de simbiosis, y es así que nos constituimos como holobiontes humanos, es decir, sistemas biológicos formados por células humanas y microorganismos simbiontes asociados. La integración de microorganismos que forman nuestra microbiota está determinada, además de por nuestra alimentación, por la exposición al medio ambiente, y si este sufre un deterioro progresivo cabría de esperar que inevitablemente a nosotros también nos afectara. De hecho una de las de consecuencias que estamos experimentando el ser humano moderno es la pobre o inexistente exposición frente a especies de microorganismos que han evolucionado con nosotros desde hace milenios, siendo su papel en la fisiología humana fundamental y su desaparición un riesgo importante para nuestra salud. El microbiólogo Martin J.Blaser, autor del libro Missing Microbes,nos habla dela “hipótesis de especies en extinción”, donde plantea que precisamente es en las sociedades modernas e industrializadas donde se estarían perdiendo especies de microorganismos ancestrales, responsables de nuestro equilibrio intestinal, capacidad enzimática y maduración inmunológica.

Los grandes comedores de sushi han sabido hacer buenas amistades
Un caso interesante de cómo los microbios influyen en nuestra fisiología fue presentado por un grupo de investigadores franceses de la Estación Biológica de Roscoff. Ellos descubrieron en individuos japoneses bacterias capaces de degradar un polisacárido muy abundante en las algas rojas, llamado porfirano, permitiéndoles obtener un beneficio nutricional mayor frente a individuos occidentales. La conclusión de la investigación fue que un tipo de bacteria marina llamada zobelliagalactonivorans transfirió sus genes, productores de la enzima porfiranasa encargada de degradar el porfirano, a las propias bacterias de la flora intestinal de los japoneses, dotándoles de una capacidad enzimática añadida. Ahora sabemos que la dieta de los japoneses rica en alga nori, ingrediente principal del sushi, les ha permitido gracias a la ayuda de su microbiota intestinal aumentar su capacidad enzimática, ¡un auténtico ejemplo de trabajo en equipo!

Una alimentación regenerativa y generosa con la microbiotasaludable
La falta de interacción desde temprana edad con la naturaleza y zonas rurales, el parto por cesárea, la lactancia artificial, la contaminación ambiental, el exceso de higiene, el abuso de antibióticos y una alimentación anti-fisiológica compuesta por alimentos procesados y de mala calidad reduce significativamente nuestra exposición frente a microorganismos, empobreciendo nuestra diversidad microbiana y nuestra salud.
La Nutrición Simbiótica enseña como enriquecer y regenerar nuestra microbiota a través de una relación amistosa con nuestros anfitriones simbiontes incorporando hábitos bacteriológicos, y una variedad de alimentos ricos en prebióticos y microorganismos regeneradores. Este tipo de alimentación desarrolla un modelo de nutrición dirigida al holobionte humano.Y es que la comida que elegimos llevarnos a la boca determina en gran medida la proliferación de unas especies de microorganismos frente a otras, así como su comportamiento según las condiciones del “ambiente” en las que estas se encuentren, esto es, nuestro ambiente intestinal. Por ejemplo la fibra prebiótica presente en los alimentos integrales de origen vegetal no solo sirve para estimular el movimiento intestinal y ayudar a la evacuación sino también para estimular la proliferación de bacterias fermentativas amigables, especialmente bacterias acidolácticas del tipo lactobacilos y bifidobacterias, productoras de vitaminas, enzimas y sustancias protectoras de la mucosa intestinal. Por otro lado es bien sabido que la proteína animal contribuye al crecimiento de bacterias putrefactivas formadoras de sustancias irritantes para la mucosa intestinal y genera una considerable carga residual.
La Nutrición Simbiótica es una poderosa herramienta de transformación que ofrece indicaciones prácticas para modificar fácilmente la composición de nuestra microbiota. Tiene en consideración el potencial de los microorganismos simbiontes para regenerar un sistema digestivo debilitado y proporcionarnos mayores posibilidades metabólicas, enzimáticas e inmunológicas, repercutiendo directamente en nuestro bienestar general, tanto físico como psicoemocional.

Los alimentos fermentados artesanos… el mejor alimento simbiótico es el que hacemos nosotros mismos



Con las diferentes técnicas de fermentación (ensalada, macerado, prensado, salmuera, adobado, ensilado, etc.) podemos elaborar a bajo costo alimentos vivos de alta digestibilidad ricos en micro nutrientes, antioxidantes, enzimas y microorganismos regeneradores, cuatro elementos que debido al deterioro ambiental y el estilo de vida moderno necesitamos más que nunca.
Cuando fermentamos correctamente los vegetales estamos multiplicando por miles de millones especies de microorganismos beneficiosos presentes en la tierra de forma natural. Al incluirlos habitualmente en nuestra dieta contribuimos a recuperar y equilibrar nuestra microbiota intestinal y aumentar la diversidad de especies. La producción de micronutrientes y enzimas durante la fermentación nos ayuda no solamente a tener digestiones mejores sino a suministrar al cuerpo cofactores que participan en diferentes procesos metabólicos y de desintoxicación.
Si lo que pretendemos es conseguir un “alimento medicina”es conveniente aprender bien las diferentes técnicas de fermentación y considerar los productos ecológicos y de proximidad como la mejor materia prima para este fin. De otra manera partiríamos de vegetales quimicalizados y crecidos en suelos empobrecidos tanto en cantidad como en calidad de nutrientes y microorganismos beneficiosos.

CULTIVA VIDA: COSECHA SALUD
Mario Sánchez Écija – Naturópata