miércoles, 7 de noviembre de 2018

NUTRICIÓN SIMBIÓTICA. LA RELACIÓN CONSCIENTE CON NUESTROS MICROBIOS


La Simbiosis representa la manifestación del amor en la naturaleza
Los lazos de simbiosis suceden cuando miembros de la misma o diferentes especies colaboran para el beneficio de ambos, es decir, se apoyan mutuamente. Si ponemos atención esto lo podemos ver fácilmente en el medio ambiente, por ejemplo en los líquenes, entre las abejas y las flores, los rizobios y las leguminosas, las rémoras y los tiburones, etc. En cualquier caso en todos los ecosistemas la vida microscópica teje la red invisible que sostiene la vida macroscópica.


La Nutrición Simbiótica aprende de la naturaleza. Tal como sucede en el medio ambiente en nuestro cuerpo ocurre algo similar, somos poblados por animales diminutos que favorecen nuestra ecología interna a cambio de “techo” y comida. Estos pobladores son microorganismos simbiontes que forman parte de ese “paquete microbiano” al que denominamos microbiota, y si atendemos sus necesidades básicas ellos van a mantener el equilibrio del medio biológico que habitan, esto es, nuestro organismo. Aunque existen bacterias colonizando diferentes partes de nuestro cuerpo el 90% residen en nuestros intestinos formando parte de nuestra microbiota o flora intestinal.

La alimentación es la vía más rápida y sencilla para reconciliarnos con nuestra flora intestinal
Al cambiar de hábitos dietéticos no solo modificamos rápidamente nuestra flora intestinal sino también todos aquellos aspectos sobre los que esta influye directamente como la capacidad digestiva, el metabolismo, el peso corporal, la integridad nerviosa y la respuesta inmunitaria.Cuando esta flora se desequilibra se produce lo que denominamos“disbiosis intestinal”. Una dieta rica en alimentos procesados, grasas, proteína animal, azúcar, edulcorantes, alcohol y pobre en fibra predispone este desequilibrio microbiano. Algunos síntomas comunes asociados a la disbiosis son irregularidad para hacer de vientre, olor putrefacto en las evacuaciones, heces mal formadas, exceso de gases, hinchazón abdominal, irritabilidad nerviosa, falta de concentración, intolerancias alimentarias y alergias.
Si basamos gran parte de nuestra alimentación en alimentos vegetales en su forma original y sin adulterar como frutas, verduras, semillas, legumbres y granos integrales permitimos una correcta nutrición tanto para nuestras células como para nuestra flora intestinal. Las plantas poseen no solo nutrientes esenciales y fibra sino también fitoquímicos que actúan como potentes antioxidantes. La fibra de los vegetales estimula selectivamente la proliferación de bacterias acidolácticas, como lactobacilos y bifidobacterias,con potente efecto regenerador sobre la ecología intestinal. Es por ello que nuestros platos siempre deben estar llenos de los valiososalimentos que nos provee la tierra. 

La Nutrición Simbiótica se apoya en la transformación de los alimentos vegetales a través de la fermentación
La palabra fermentación proviene del latín “fervere” que significa hervir, siendo esta denominación debida a que tiempo atrás se observó que durante el proceso tradicional de maduración del mosto aparecían burbujas, como si estuviera hirviendo.
La fermentación es una “cocción enzimática” que llevan a cabo diferentes tipos de microorganismos donde no se destruyen nutrientes por medio del calor. Asimismo mejora la digestibilidad, funcionalidad, valor nutricional y durabilidad de los alimentos. Cuando hablamos de funcionalidad es en relación a que la mayoría de los alimentos fermentados aportan beneficios para la salud que van más allá de lo que entendemos como nutrición básica.

¿Cuándo un alimento es simbiótico?
Para hablar de“alimentos simbióticos”estos deben incluir dos propiedades fundamentales, que solo reúnen los vegetales:

Prebióticos. Por su contenido en fibra soluble e insoluble resistente a los jugos digestivos que al llegar al intestino sin digerir es usada como alimento por las bacterias.
Probióticos. Contienen bacterias vivas que llegan hasta nuestros intestinos, contribuyendo al equilibrio de la flora intestinal.Aunque todos los vegetales crecidos naturalmente en la tierra contienen su propia carga probiótica, al fermentarlos esta aumenta de forma exponencial. Por el contrario cuando los cocinamos destruimos esta propiedad.

Por otro lado existen sustancias bioactivas que algunas bacterias sintetizandurante la fermentación denominadas postbióticos. Estosson esencialmente vitaminas del grupo B y K, aminoácidos libres, enzimas, ácidos grasos de cadena corta (ej. ácido butírico) y proteínas moduladoras del crecimiento de microorganismos patógenos llamadas bacteriocinasEs por ello que sin lugar a dudas los alimentos simbióticos por excelencia son los vegetales fermentados, los cuales además de ser altamente digeribles y nutritivos contienen prebióticos, probióticos y postbióticos.

¿Qué tipo de fermentos debo incluir habitualmente?
No todos los fermentos son igual de beneficiosos, dependiendo del tipo de alimento y los microrganismos implicados obtendremos resultados diferentes. Generalmente los alimentos fermentados pueden ser modificados por la acción de tres principales tipos de  microorganismos:
Levaduras. Son las responsables de la fermentación del pan y la producción de bebidas alcohólicas como la cerveza y el vino. La más empleada es la especie Saccharomycescerevisiae.
Hongos de la fermentación. Algunas especies concretas como la Aspergillus oryzaese usan tradicionalmente en oriente para la elaboración demiso, tempeh y amasake.
Bacterias acidolácticas. Como Lactobacilosy Bifidobacterias, muy abundantes en las fermentaciones acidoláctias de verduras como el chucrut y el kimchi.


Aunque, excluyendo las bebidas alcohólicas, la mayoría delos vegetales fermentados constituyen una excelente fuente de fibra y fitonutrientes los más indicados para reconstituir nuestra ecología intestinal son los fermentos acidolácticos, ya que nos aportan diferentes especies de bacterias acidolácticas que refuerzan la flora intestinal residente, impiden la instalación de microorganismos patógenos y contribuyen para la recuperación de la mucosa intestinal.

Por último, hemos de recordar siempre que con cada bocado transformamos nuestro medio interno. Apostar por una relación simbiótica con nuestros pequeños compañeros de viaje, siendo conscientes de sus necesidades, nos permite mantenernos sanos a través de un vínculo de apoyo mutuo, tal como nos enseña la naturaleza.

Mario Sánchez Écija – Naturópata
Colaborador Cursos de Macrobiótica y Nutrición simbiótica (Fermentados) en Aula de Estudios de La Biotika labiotika.es 

martes, 6 de noviembre de 2018

EL FENG SHUI Y EL BAÑO

El Feng Shui de la casa determina el flujo del Chi (la energía vital) en el ambiente, y afecta a los residentes en su salud, fortuna y bienestar. 
Las  seis direcciones de una casa se representan en los seis animales simbólicos del Feng Shui. La ubicación de cada animal se sitúa mirando hacia fuera de la casa desde la puerta principal.
1. Dragón (verde): En el lado izquierdo de la casa. El flujo del Chi es muy positivo. Implica buena salud y el poder del cabeza de familia. Este sitio debe de ser más elevado que el lado derecho de la casa y es bueno que haya algo que represente el movimiento.

2. Tigre (Blanco): En el lado derecho de la casa. El flujo del Chi es negativo y descendente. Simboliza el lado oscuro. Esta área debe permanecer en silencio y ser más baja que el lado del dragón.


3. Fénix (rojo): En la parte delantera de la casa. Es todo lo que se puede ver desde la entrada; Lo que se ve a la izquierda y derecha de la puerta principal, está incluido en esta área. Se denomina espacio luminoso y representa la energía que ingresa en la casa que trae la salud y la fortuna. Tiene que ser amplio y llano.

4. Tortuga (Negra): El área en la parte trasera de una casa. Es necesario que tenga apoyo (ser más alto que el propio edificio) y que tenga formas suaves.

5 y 6. Dragón Amarillo-Yang/Serpiente-Yin (amarillo): En centro de la casa. Tiene una energía ascendente. Es importante que esté limpio, ordenado y luminoso.

SITUACIÓN DEL CUARTO DE BAÑO
Una de las ubicaciones más importantes a tener en cuenta en el Feng Shui de la vivienda, es la del cuarto de baño, que debe de estar en la zona de Tigre. Como el baño es un lugar de fuga energética, por las tuberías y los desagües que hacen el movimiento descendente del Chi, este influirá negativamente, dependiendo de la zona donde se sitúe:
1.  El baño nunca debe de estar en el centro de la casa. La energía descendiente del  baño en el centro de la vivienda (zona ascendente del Chi), es muy desfavorable para la salud.
2.  Un baño nunca debe estar enfrente de la puerta principal de la casa. La ubicación del baño en esta situación rebaja la energía Chi positiva que entra por la puerta principal, causando discusiones y desacuerdos.
3.  La puerta del baño nunca debe enfrentar la puerta de la cocina o el dormitorio. Es desfavorable para el descanso y salud de la persona que duerme en el dormitorio.
4.  La puerta del baño nunca debe estar ni enfrente ni a ambos lados de la cama. Puede causar dolor de espalda o problemas intestinales.
5.  La cabecera de la cama nunca debe estar apoyada en la pared del baño. Puede afectar a la salud, a la concentración y al estudio.
6.  Un baño nunca debe estar debajo ni encima de una cama. Es desfavorable para la salud y la concentración.
7.  El baño nunca debe de estar encima de la puerta principal. Puede ocasionar problemas en el ámbito del trabajo, la economía y el amor.
Para mejorar la energía que surge de la ubicación negativa del baño en la vivienda, podemos buscar el equilibrio de los 5 elementos, introduciendo en el baño el elemento Madera y Tierra. La Madera ayuda a absorber la fuerza del agua, y la Tierra domina el agua. Los elementos de Madera y Tierra pueden introducirse en forma de cuadros que representen árboles, vegetación, flores, plantas, y/o poner plantas vivas. Es importante también mantener el cuarto de baño seco y limpio, cerrar siempre la tapa del inodoro, tapar los desagües y mantener cerrada la puerta de baño.

Shu-Yuan Chen 
Profesora de I Ching y Feng Shui en labiotika.es

lunes, 5 de noviembre de 2018

LA IDEA DE LA MODERACIÓN CON LA COMIDA


“Todo en moderación”. Seguro que alguna vez has escuchado algo así para describir la forma en la que llevar una alimentación saludable, o quizás lo has aplicado para poder mantener o mejorar tu peso o tu salud. Pero no siempre esta afirmación funciona para poder llevar exitosamente una buena relación con la comida. A esta frase se aferra mucha gente que pretende mejorar su alimentación sin dejar de consumir aquellos alimentos que en realidad dificultan alcanzar sus objetivos. Poder conseguir esa “moderación” no siempre es posible, depende del alimento y de la situación emocional de cada uno. Y es que si hemos caído en “la trampa del placer” de ciertos alimentos esta idea de la moderación con frecuencia no lleva a buen puerto.Comprender qué historia se esconde detrás de una persona que está enganchada a ciertos  alimentos es importante para superar la adicción que impide la moderación.

Hay dos ideas sobre la moderación que por mi experiencia profesional son muy cuestionables: la primera es la idea del consumo moderado, que afirma que cualquier alimento es saludable si es tomado con moderación. Y la segunda es la idea del cambio con moderación que plantea que para que un cambio perdure en el tiempo es mejor hacerlo de forma gradual, comenzando con pequeños cambios hasta llegar al objetivo. Estas ideas no terminan de funcionar si consideramos los efectos de los diferentes tipos de alimentos y la relación emocional que cada uno mantiene con la comida.

En general cuando comemos alimentos naturales, aquellos que se encuentran en la naturaleza en su forma original, es mucho más fácil moderar su consumo que en el caso de los alimentos procesados, ya que estos últimos han sido altamente modificados y adulterados con aditivos que despiertan nuestras ganas de comer compulsivamente, entrando en juego la “trampa del placer”.Podemos verlo claramente en un ejemplo: ¿conoces a alguien adicto a las manzanas, al brócoli o a las zanahorias? Probablemente no. En cambio ¿cuánta gente conoces enganchada al pan, las galletas, el queso o el chocolate?Seguramente que a mucha. En el primer caso,con los alimentos naturales, el organismo se satisface a través de mecanismos de saciedad y nutrición adecuados, pero en cambio, los alimentos procesados e industrializados producen una exacerbada sensación de bienestar o “chute” que los alimentos naturales no producen,y por este motivo muchas personas se sienten con ganas de comerlos repetidamente para obtener una sensación de satisfacción instantánea y constante. Por otra parte hay gente que come cuando realmente no tienen hambre, y suelen hacerlo consumiendo comida procesada, cuyo valor nutricional suele ser bastante pobre y no satisface las necesidades reales del organismo, lo que genera un circulo vicioso. Quizás tú también te hayas encontrado alguna vez en una situación así. Esto normalmente ocurre cuando tenemos instaurados hábitos adquiridos desde hace tiempo, o nos surge alguna emoción negativa como un disgusto, un enfado, el aburrimiento, o un sentimiento de soledad, entre otros. Cuando es así, muchas personas recurren al alimento para acallar esa emoción y obtener calma o sensación de bienestar, y suelen hacerlo con pizza, galletas, dulces, pasta, pan, queso, etc. Por todo ello volvemos a encontrarnos con que la moderación tampoco es posible. Y es que aunque sepamos que debemos poner un límite a estos alimentos en nuestro interior hay algo que nos empuja a comerlos, y en ocasiones a hacerlo más de la cuenta, intentando llenar ese vacío que estamos teniendo por otros motivos. En estos casos la solución no se encontrará con procurar una moderación con la comida, porque no va a ser posible, sino que habrá que solucionar el problema de fondo que hace que actuemos de esa manera.

Por otro lado cuando realizamos pequeños cambios el resultado también será pequeño, y esto puede causar desmotivación en la persona para conseguir los resultados que desea, mientras que si se hacen grandes cambios los resultados serán mayores y la persona se sentirámotivada para continuar con su transición hacia una alimentación saludable. Al final, la decisión de hacerlo, de una u otra manera dependerá de la persona según la motivación que necesite o el ritmo que quiera llevar, por lo que la forma de abordarlo dependerá de cada caso.

Podemos concluir entonces que la moderación no siempre es posible. Aprender a detectar los motivos que nos impiden esa moderación con la comida es imprescindible si queremos mejorar algún problema de peso o de salud, y es ahí donde una Reeducación Alimentaria que nos haga ser conscientes de nuestra situación actual nos puede servir de gran ayuda.

Patricia Blanco
Nutrición Integrativa
Colaboradora en charlas y cursos sobre Reeducación Alimentaria en labiotika.es