MINDFULNESS: Los espacios que nos
permiten elegir en la vida
La Meditación Mindfulness es una práctica que nos brinda muchos
beneficios. En ello, hay dos enfoques: la meditación formal y la meditación
informal, en la cual activamos la atención plena (el Mindfulness) en el día a
día. El Mindfulness en sí es la capacidad de darse cuenta de lo que sucede en
cada momento al poner en consciencia el
estado del cuerpo, de las emociones y de los pensamientos.
Este artículo tratará de cómo el
Mindfulness nos puede ayudar a elegir respuestas ante los acontecimientos de la
vida, en vez de reaccionar de manera automática o inconsciente.
¿Has pensado alguna vez, mirando
hacia atrás, que deberías haber manejado alguna situación de otra manera, o que
te habría gustado reaccionar mejor? A lo mejor podrías haber evitado una
reacción histérica, una rabieta o algo parecido. Todos hemos tenido la vista
perfecta al mirar hacia atrás, pero en el momento nos cuesta mucho más actuar
con la sabiduría necesaria para tomar decisiones hábiles. Incluso mirando hacia
atrás, quizás no nos damos cuenta de por qué cierto estímulo nos causa cierta
reacción.
Entonces, ¿qué nos pasa cuando en un momento dado, experimentamos un
corto circuito y nuestras emociones se apropian de nosotros y de nuestros
pensamientos y acciones?
Si lo dividimos en partes podemos
ver cómo comienza un ciclo o una reacción en cadena cada vez que estamos en
contacto con un estímulo: el momento del contacto,
la sensación que esto produce, una emoción generada por esta sensación y,
por último, una acción o un
pensamiento que resultan de esa emoción. Esta cadena sucede una y otra vez,
según las condiciones y las dinámicas que existen en el entorno.
Por ejemplo, imagina que tu jefe
te dice algo que no te gusta o que te parece injusto:
El contacto es el momento en que sus palabras llegan a tus oídos.
Hasta aquí son sólo palabras, ruidos. Tu percibes ese ruido e inmediatamente lo
clasificas como algo agradable,
desagradable o neutro. Aquí entra la percepción subjetiva de cada uno. En
este caso, la sensación sería algo
desagradable y esto produce una emoción,
por ejemplo, frustración, rabia, impotencia, etc. A raíz de la emoción, tienes una reacción, una acción que es causada por esa emoción.
¿Cuál sería tu reacción habitual?
¿Le gritarías a tu jefe? ¿Volverías a tu despacho con la rabia puesta y harías
el trabajo de mala manera? ¿O simplemente viene un pensamiento negativo sobre
él o sobre ti mismo?
Esta reacción depende de muchos
factores y, como puedes imaginar, será
diferente según cada persona por la impronta de recuerdos pasados en relación al
jefe, las improntas que tiene de su relación con la autoridad, las improntas
dejadas por experiencias de su niñez, etc.. Todas esas huellas determinan cómo
percibimos cada instante de nuestras vidas. Y la próxima vez que veas a tu
jefe, quizás ni siquiera tenga que hablar para que se te dispare la cadena de
nuevo. Con sólo verle, sucede otra vez una percepción, una reacción emocional,
corporal y quizás alguna acción.
Además, cada individuo tiene una
compleja superposición de improntas o huellas que configura su percepción personal
y única de cada situación. Seguramente si el jefe estuviera hablando con dos
personas, una lo tomaría de una manera y otra lo tomaría de otra. Quizás a la
otra le parecería agradable o neutro ese mismo mensaje del jefe.
En cualquier caso, hay un gatillo
y algo que sale disparado y, una vez se aprieta el gatillo, la reacción en
cadena no se puede detener, o eso nos parece. Y quizás en ese mismo instante no
sea posible, pero sí podemos entrenar la mente para cambiar el rumbo de la
reacción.
Una de las habilidades que entrenamos
cuando practicamos el Mindfulness es la habilidad de observar, de poner la
atención en micro momentos, como por ejemplo, el momento entre contacto y
sensación.
Si en el momento de contacto con
la voz de tu jefe, observas tu cuerpo, tus emociones y tus pensamientos,
conseguirás crear un espacio entre ese contacto y tu percepción de ello. Este
espacio es importantísimo para que puedas entonces elegir una respuesta o una
acción con agilidad, y no ser víctima de tus emociones y automatismos.
La práctica de atención es clave
y se enriquece con la introspección. Con ella, podrás comenzar a reconocer la
raíz de tus patrones y la subjetividad con la que percibes cada "contacto".
Esto permite interrumpir la cadena reactiva y automática y proporciona un
antídoto a los programas, improntas o memorias que se han instalado en el disco
duro que tantas veces distorsionan tu percepción, permitiendo una visión cada
vez más realista de cada situación.
En fin, con la práctica del Mindfulness, al activar ese observador que se da cuenta, iremos
desarrollando la habilidad de crear espacios entre contacto, sensación, emoción
y acción, y así seremos capaces de elegir nuestras respuestas ante la
vida. A su vez, esto nos ayuda a
relacionarnos mejor con los demás y experimentar la vida desde un estado de
ecuanimidad, en vez de un estado estresado y alterado. Con el tiempo, quizás
nos demos cuenta de que efectivamente podemos
ser los creadores de nuestras vidas, y no las víctimas de nuestras circunstancias.
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Victoria Fontana: Tlf. 651101336 / Email: victoria@mindgazing.com/ www.mindgazing.com
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Victoria
Fontana es
Consultora de Mindfulness, titulada por la Escuela Española de Desarrollo
Transpersonal y la Universidad Europea de Miguel de Cervantes; Profesora de
Meditación, titulada por la fundación SERESH, acreditado por FENACO. Tiene un
M.A. en Educación de la Universidad de Washington, Seattle.
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