viernes, 5 de octubre de 2018

MACROBIÓTICA Y LAS ESTACIONES, OTOÑO Y ELEMENTO METAL

La medicina y filosofía oriental interpreta los fenómenos naturales a través de dos teorías fundamentales basadas en el Ki o Energía Vital: La Teoría del Yin Yang, que expresa la naturaleza dual del universo y La Teoría de los Cinco Elementos, que estudia los cambios cíclicos del Ki como resultado de la interacción continúa entre yin y yang.

A cada uno de los cinco elementos se le atribuye un conjunto de manifestaciones que podemos observar en la vida cotidiana en forma de colores, sabores, sonidos,direcciones cardinales, climas,tipos de personalidad, emociones, etc. Y dentro de este ciclo de cinco elementos, a saber, Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua la medicina oriental atribuye el otoño al Elemento Metal.


En el período otoñal el Kiha descendido desde la superficie, pasado el verano, para concentrase en lo profundo de la tierra. El tiempo de luz disminuye, anochece antes y sucede una notable bajada de las temperaturas. En el reino vegetal las hojas marchitas y los frutos maduros se desprenden de los árboles y la savia desciende por el tronco para acumularse en las raíces. Asimismo los animales se proveen de reservas y comienzan a almacenar alimento para el invierno.

La vida social del ser humano deja de desarrollarse con tanta frecuencia en zonas al aire libre y empieza a desenvolverse en el interior de las casas y establecimientos, en un ambiente cálido y hogareño que evita el frío y las precipitaciones naturales de la estación ¡A poca gente verás en pleno otoño con el bañador en la playa o dándose un chapuzón en el río al pie de la montaña!

Para nuestro desarrollo personal el otoño es un momento que invita al recogimiento y la introspección, la acumulación y el desprendimiento. Y es que para que entre lo nuevo hay que soltar lo viejo… imagínate un armario desordenado y lleno de la ropa vieja, llegará un momento en que tendremos que poner orden y vaciarlo si queremos vestirnos con nuevas prendas que se ajusten a nuestro momento actual. La fijación hacia el pasado nos impide desarrollar nuevos proyectos, disfrutar del presente y consolidar un futuro próspero. Dar un paso hacia el pasado está bien solo cuando sirva para coger impulso, dar ese saltito que nos permite esquivar “la misma piedra” con la que tropezarnos una y otra vez, es decir, tomar conciencia de esa pesada carga que nos lastima y soltarla para evolucionar. Cuando el Elemento Metal está en desarmonía podemos tender hacia la indiferencia, el ritualismo, la nostalgia, el apego, el aislamiento y la depresión, lo que nos dificulta avanzar generando un sentimiento negativo de la vida.

En el cuerpo humano el Elemento Metal se relaciona con los pulmones y el intestino grueso. Los primeros participan de forma activa a través de la respiración para obtener el oxígeno del aire y expulsar el dióxido de carbono.Y el segundo es el encargado de absorber agua y formar y excretar los deshechos acumulados resultado de la digestión de los alimentos. Desde un punto de vista energético y funcional el Pulmón se manifiesta en la piel y el vello corporal,controla la apertura y cierre de los poros, nos protege de factores patógenos externos con la dispersión del Ki defensivo y se abre en la nariz permitiéndonos recibir los distintos tipos de olores suspendidos en el aire.


Cuando el Elemento Metal se ve afectado pueden aparecer algunos síntomas somáticos como estornudos, tos, rinitis, bronquitis, asma, insuficiencia respiratoria, infecciones, estreñimiento, apendicitis,sudoración excesiva o deficiente, pérdida de capacidad olfatoria, afonía, acumulación y exceso de mucosidades, etc.

Estilo de Vida
Es conveniente evitar factores relacionados con nuestro estilo de vida como el desorden, la suciedad, la falta de ejercicio continuo,el cansancio excesivo, lugares fríos y ventosos, climas calurosos y secos, el aire viciado, la polución ambiental, llevar ropa sintética o lana directamente sobre la piel y aislarnos del “resto del mundo”. Por el contrario podemos beneficiarnos si mantenemos un espacio ordenado y limpio, ejercitamos nuestro cuerpo junto con la respiración (ej. pranayama), purificamos el aire de nuestra vivienda con plantas y generadores de iones negativos, vestimos con textiles naturales que permitan una buena transpiración, nos permitimos un espacio para hacer lo que verdaderamente nos gusta y nos mantenemos abiertos a comunicarnos con otra gente.

Alimentación Energética
Durante el verano tendemos a elegir alimentos crudos, ligeros, jugosos y refrescantes que enfrían e hidratan el cuerpo. Pero con la llegada del otoño debemos dejar de lado el exceso de comida cruda y frutas para dar lugar a alimentos más densos y caloríficos que nos ayuden a calentar y remineralizar el cuerpo. Asimismo usaremos métodos de cocción prolongados y con poca agua.
Entre los alimentos aconsejados encontramos: arroz integral, soja negra, judías blancas, zanahoria, nabo daikon, raíz de loto, rabanitos, cebolla, berros, grelos, brócoli, coliflor, coles de Bruselas, almendras, peras, alga hiziki y condimentos picantes como jengibre, mostaza, wasabi y pimienta blanca en poca cantidad. Por el contrario conviene evitar o reducir en todo lo posible lácteos, harinas, proteína animal, bebida de soja (especialmente sin cocinar), alcohol, exceso de picante y comida muy especiada.

Saber elegir y preparar los alimentos es esencial para llevar una alimentación equilibrada y adaptada a nuestras necesidades. Aplicar dietas generalistas y conceptos estáticos puede acabar debilitándonos. Sin embargo, poner en práctica los conocimientos energéticos que enseña la macrobiótica nos permite crear una mejor versión de nosotr@s mism@s a través de una dieta personalizada que nos nutra cuerpo y mente.

Mario Sánchez, Naturópata y Consultor Macrobiótico en La Biotika
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