Buscar fuera lo que está dentro es una
tendencia humana sobre la que ya nos orienta el Tao Te King cuando dice: “Sin
salir de la puerta, se conoce el mundo. Sin mirar por la ventana, se ve el
camino del cielo. Cuanto más lejos se va, menos se aprende”. Observo
actualmente una inclinación generalizada a la terapéutica externa, a regular
las emociones desde el exterior. La toma de consciencia, el conocimiento
psicológico de sus mecanismos, el dejarse sentir, acogerlas, agradecerlas,
practicar la contemplación, el baile y la expresión corporal, hacer ejercicio, etc.
han sido ,y siguen siendo, un componente importante de la ecuación hacia la
conquista de la emociones.
Deseo mostrar la otra cara de la
moneda, la cara biológica y fisiológica del mundo emocional.
Las emociones están estrechamente
vinculadas con la estructura y la función de nuestros órganos, con la cantidad
y calidad de energía que reciben y con el patrón de vibración que sostienen en
el tiempo. En mi opinión, las afecciones emocionales tienen su causa en la
siguiente proporción: 80% causas biológicas y fisiológicas, 20% causas vitales
y experienciales.
Desde la Medicina Tradicional China el
concepto de órgano se aborda desde su función, y no queda circunscrito a una
estructura anatómica si no que se consideran también otras partes del cuerpo
que mantienen relaciones específicas con un órgano determinado. Desde un punto
de vista complementario de la ciencia occidental y oriental entendemos que si
algunas estructuras orgánicas de nuestro cuerpo están sensiblemente dañadas,
los órganos en cuestión, tendrán una funcionalidad alterada, tal desequilibrio
estructural y funcional se puede manifestar en nuestra vida en forma de
pensamientos, sensaciones y emociones desagradables: angustia, ansiedad,
miedos, irritación, agresividad, abatimiento, confusión, suspicacia, desorden,
inconstancia, falta de voluntad, rigidez mental, etc.
De la misma forma, si la cantidad de
energía que recibe un órgano es excesiva o insuficiente, o contiene una calidad
tóxica, dicho órgano va a funcionar con un importante desajuste, lo cual se
mostrará como un estado psicológico y emocional alterado. Finalmente, si el
patrón vibracional que sostiene un órgano tiene que ser permanentemente
reajustado, desde unos valores muy diferentes a los que el órgano requeriría,
también nuestras emociones estarán en constante reajuste, lo que conlleva con
el tiempo, a mantener estados patológicos asociados, por ejemplo, a la psicosis
bipolar.
Cuando estos desequilibrios son
constantemente alimentados por estilos de vida ampliamente desconectados de la
naturaleza, nuestro sistema se expresa mediante un estado psicológico, un
carácter, una forma de ser y unas emociones poco armónicas.
A menudo consideramos que el carácter
que tenemos es inherente a nuestra constitución, naturaleza o genética, es
decir, que ‘somos así’. Pero lo cierto es que puede ser consecuencia de una
estructura, función, energía, o vibración en mal estado de alguno o varios de
nuestros órganos principales: riñón, hígado, corazón, estómago e intestinos. Es
muy importante, por lo tanto, comprender que gran parte de los problemas
psíquicos y emocionales tienen su fundamento en el decaimiento de nuestras
estructuras y nuestra condición orgánica, ya sea por desgaste, intoxicación,
pobre circulación, hábitos alimentarios, hábitos vitales, etc.
Para mejorar la condición de nuestro
organismo se recomienda principalmente adecuar nuestras pautas alimentarias
tratando de seleccionar, en cada momento, los alimentos y preparaciones óptimas
para cada uno de nosotros.
En
el caso del hígado, órgano asociado al actual momento del año (primavera,
movimiento Madera), podemos decir que, según su histología, tiene funciones
como la secreción endocrina, la producción de la bilis, el almacenamiento y
modificación de sangre, vitaminas u hormonas y que es un centro de
detoxificación de primer orden.
En relación a su comprensión bioenergética su función es la de regular el flujo
de la energía por todos los rincones del organismo. El buen estado de su
estructura y de su función se manifiesta en un carácter y estilo personal
flexible, adaptable y comprensivo.
Cuando el hígado está bloqueado y la
energía no puede fluir adecuadamente por el organismo manifestamos rigidez
mental, crítica, impaciencia, ira, agresividad. Las causas de este desajuste
fisioenergético las encontramos en el consumo excesivo de grasas saturadas, sal
refinada, frutos secos, lácteos y otros alimentos contractivos. El consumo de
alcohol, azúcar y especias. El consumo habitual de productos secos, salazones,
fritos y sofritos. La exposición a tóxicos ambientales, pesticidas o fármacos.
La propensión a la contención emocional. La vivencia repetida de situaciones
frustrantes que no nos gustan. El exceso de luz directa en los ojos por el
abuso de pantallas de ordenador, teléfonos móviles, etc.
Entre
los síntomas más comunes de este bloqueo de hígado están la incomodidad interna
y emocional. La
respiración entrecortada, superficial y no fluida. El frío y rigidez en las extremidades.
La rigidez mental y emocional. Las crisis personales y laborales. La irritabilidad
y agresividad. Las adicciones. La depresión, etc.
Las
recomendaciones alimentarias para este desequilibrio incluirían: Tomar cereales
integrales bien cocinados. Frutas liofilizadas y rehidratadas. Verduras de hoja
verde. Germinados. Pequeñas cantidades de fruta roja o manzana. Alimentos
cocinados al vapor, salteados sin tapa, plancha y caldos.
Pablo Martín Rivera
Consultor de Macrobiótica en La
Biotika www.labiotika.es
Muchas gracias para empezar, y compartir que totalmente de acuerdo. Las energías y las emociones, también afectan al organismo, por lo que hay que cuidarlo con todo el amor del mundo.Yo he estado consumiendo drogas durante 20 años, a ahora que llevo 2 años y siente meses abstinente, soy aquella adolescente que nunca ha sabido cómo manejarme en el mundo tan extenso de las emociones. Ahora estoy dejando de fumar, qué me aconsejas para eliminar la ansiedad? Ahora tiro de la meditación, pero a veces me cuesta. Qué me sugieres para la ansiedad? Un abrazo cargado de energía positiva
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, las emociones y las energías van unidas entre sí. Y también van unidas a los órganos de nuestro cuerpo. Todo está interconectado. Estoy cambiando a hábitos más sanos, y a veces la ansiedad es superior a mí, me gustaría si podrías darme algún consejo para aprender a manejar la ansiedad. Un abrazo
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